Soy más reservada que desubicada, aunque más desubicada que callada, me ven como desordenada, sin embargo, soy más bien despistada. Me disfrazo de paciente, pero la impaciencia gana la contienda de mi inexistente temple. Me complace tomar café en la mañana y en la tarde, me enamoro fácil y me desenamoro pronto. No me busques por MSN si es urgente. Vístete de morado y buscameme en lo soñado. Me acuerdo de mí el primero del décimo mes, suelo ponerme de mal humor con la injusticia y no puedo hablar cuando hay humo de cigarro. Casi siempre soy mágica, no soporto el tomate, pero tengo buena ortografía, batallo con mis teorías, pero le busco el lado a la filosofía. Me da pena gritar y asciendo en libra, me acuesto en el piso y oigo lo bonito. No soy fácil de complacer y en ocasiones difícil de agradar. Y si se te olvida algo de esto, y alguna vez te hablo, recuérdame recordarme.